La verdad no supe qué decir,
en ese momento me tenía aprisionada contra la pared, sólo sentía su pesada
respiración que se iba acelerando con la mía hasta que se sincronizaron. Me
seguía viendo a los ojos, cada vez se acercaba más, más y más hasta que pegó
sus labios a los míos. Me quedé pasmada en mi subconsciente, mientras mi cuerpo
le seguía la corriente: yo sabía que estaba mal hacer eso con alguien como él,
pero no podía evitarlo, algo me atraía hacia él... no sabría decir con
exactitud qué, pero era algo muy profundo de su ser.
Cuando
acabo nuestro beso me dijo que tenía que irse.
Me senté en la banqueta y
medité sobre lo que había pasado: lo besé, pero nunca supe sí él también quería
ese beso, sólo estábamos jugando a verdad o reto, no supe cómo acabamos
aquí.
De
pronto escuché un carro frenar bruscamente y luego un golpe fuerte. Fui
corriendo a ver qué pasaba. Sólo recuerdo que vi al hombre con el que estuve
hace 5 minutos y había mucha sangre sobre su cuerpo.
Desde
entonces no paro de repetir lo mismo; las doctoras siempre me dicen que estaré
bien, antes de que me pongan la máquina de electrochoques.
Mónica Michelle
Mónica Michelle es una de mis pacientitas, y me mandó este cuento. ¡Saludos Mónica!
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