La música que escucha el pingüino rojo y sus cuates

LA MÚSICA QUE ESCUCHA EL PINGÜINO ROJO

Dedicatoria





Un pingüino rojo está dedicado a mi hermano Javier, porque me regaló mi primer libro y eso no se olvida; para mi mamá Alejandra, que supo desde el principio que tendría que batallar con mi carácter; para mi papá Fabián, al que apenas conocí pero todavía disfruto y quiero; para mamá Kika, que me malcrió (¡y me gustó!); para mi hermano Fabián y mis primos Alejandro, Gabriel y Willy, que nunca me dejaron solo en tantas y tantas travesuras; para mis hermanas Isabel, Berenice, María Elena y Cecy, que me conocen poco pero nos queremos mucho; para Patricia, Aida, Citlali, Alejandra y Gabriel flaco, primos que aceptaron tener un hermano mayor; para mis niñas Olivia, Ireri y Aranza, que aunque no me leen, están orgullosas de mí; para mis sobrinos Rodrigo, Fabiola, Andrea, Alexis, Angie, Andrei (con todo y mamá), Eduardo y Fabrizzio, por el miedo que tenían al "tío de lentes que inyecta y opera"; pero muy especialmente lo dedico a mis pacientitos que, en mi consultorio o en el hospital, me piden que les cuente uno de mis cuentos; y va también para todos aquellos que no se leen (porque ya es mucho rollo), pero saben que aquí están... Bienvenidos, pues y ¡comencemos la aventura! Nota: de última hora, la pequeña Camila Ixchel decidió acompañarnos... Otra nota: ahora se agregó Sofía Valentina y Austin Manuel. ¡Los amamos, campeones!

jueves, 15 de octubre de 2015

Un as bajo la manga


La noche que salen los monstruos que viven bajo su cama, el niño del pijama blanco se escapa atravesando las paredes de la habitación.

lunes, 31 de agosto de 2015

El carrusel



Caballos incansables, galopan. Atrás quedan generaciones de niños que se vuelven adultos y un día regresan con sus hijos de la mano. La manada los recibe con un brioso relincho que estremece sus corazones.

jueves, 2 de julio de 2015

Brincar la cuerda



Para la Pequeña Ixchel, por sus cinco añotes.

Antes de ayer yo era un abuelo normal, con canas y algo encorvado; también un poco gruñón, para no desentonar. Pero de la nada me salió esta enorme cola que ya no sé dónde ocultar.
            —Abuelo, ¿jugamos otro ratito?
            —¡Ándale, di que sí!
            Al menos mis nietos le encontraron un buen uso.

miércoles, 29 de abril de 2015

El mago de los cuentos (4)




El mago de los cuentos sacaba libros de su chistera, de los libro salían cuentos de un mago que sacaba libros de su chistera, de los que salían cuentos de un mago que… hasta que los niños se quedaban profundamente dormidos. Y entonces ya nadie aplaudía.

sábado, 11 de abril de 2015

Pesca


El gigante alcanzó una estrella y la entregó a su hijo. Satisfecha su curiosidad, el chiquillo la devolvió al firmamento.

martes, 10 de marzo de 2015

El mago de los cuentos (3)

Un día, en una convención de magos, preguntaron al mago de los cuentos por qué siempre usaba un libro en lugar de una chistera, como correspondía a los de su profesión.
—Porque aquí cabe más magia —fue su respuesta.
Acto seguido, auditorio y asistentes desaparecieron. 

Nota: si quieres saber qué fue de ellos, ocupan un párrafo de siete líneas en la página 7 del libro El mago de los cuentos.


martes, 24 de febrero de 2015

El mago de los cuentos 2

Todos los niños reían al ver un libro sobre la cabeza del mago, en lugar de sombrero. Pero la risa se volvía admiración cuando, a una orden del mago, salían de entre las páginas conejos, palomas, elefantes, niños...


El pingüino rojo en el mundo